«¡Aquí tienes! Segunda prueba completada. 13 días de remo, 1800 KMS, lo hicimos.

Esta travesía fue muy importante para todos nosotros, porque tuvimos que poner a prueba: el entendimiento entre los miembros de la tripulación, el equipo de seguridad, nuestro equipo de remo (gafas, trajes de neopreno, crema solar…) y nuestra tabla. Responde a las preguntas sobre la dieta, la hidratación y los patrones de sueño.

Esta travesía era importante para mí porque era un verdadero entrenamiento en alta mar, viviendo a bordo con 11 personas y sin ver a tus seres queridos. Tenía preguntas sobre la comodidad a bordo, el patrón de sueño y, sobre todo, el remo nocturno y el mareo.

Debo admitir que no fue nada fácil, muchos cuestionamientos, dudas, miedos y lágrimas. Te preguntas si puedes hacerlo, si puedes hacerlo, si realmente estás hecho para este proyecto. Nunca había remado con un oleaje de 2,50 m en mar abierto y especialmente durante 13 días.

Diría que la parte más difícil para mí fue la fila nocturna. Es una fuente de ansiedad, de miedo a no ver nada y a no saber qué pasa. No tienes ningún control y te encuentras en un entorno imprevisible y lleno de misterio. Este subidón de adrenalina es difícil de sobrellevar, porque después de mi periodo todavía estaba en él y me costaba volver a dormirme.

Pero la fuerza del grupo se impone, porque la novia que te precede está remando, está cansada… y tú tienes que llegar a tiempo para sustituirla y hacer lo mismo. Es sobre todo un reto colectivo, pero también es un reto individual. Estás solo en tu tabla, enfrentándote a los miedos y a kilómetros de agua y nada, y ahí es donde tu mente tiene que hacer el trabajo.

Cuando llegas, ver a otras personas además de la tripulación, volver a ver la «tierra», tu familia, ¡se siente muy bien! Pero es una sensación extraña, el proyecto termina, vuelves a tu habitación de hotel, no remas más, te tomas una noche entera de descanso… ¡pero es casi como perder el barco! Como si no quisieras que terminara… ¡demasiado raro!

Durante 13 días, tienes en mente los momentos en los que te costó, en los que fue difícil… y en cuanto llegas, te olvidas de todos esos momentos y te quedas sólo con lo positivo.

Me gustaría contar y hacer vivir lo que vivimos durante x días en el mar, contar lo duro que fue, mis miedos y mis temores. Pero creo que es imposible ver eso. Hay que vivirlo.

Hoy, después de este cruce de pruebas 2, sé por qué estoy haciendo este proyecto. Lo hago en parte por mí, para demostrarme a mí mismo que puedo hacerlo. Quiero vivir esta experiencia y superarme a mí mismo.

Me involucré en este proyecto también por sus valores y causas: apoyar a los niños enfermos y ayudarles a vivir sus sueños. Y luego lo hago por la gente que me echa de menos cada día, que ya no está pero que me ayuda a superarme y a dar lo mejor de mí, quiero que estén orgullosos de mí.



Fotografía: Jérémie Gabrien

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